Hola, soy Manuel.

Solatz en un lugar para hablar de libertad, porque la libertad es el principio y el final de todo. La libertad es el mínimo común múltiplo de todas las cosas que nos pasan.

Es libertad cuando uno se va y es libertad cuando uno decide quedarse. Es libertad cuando cambiamos de trabajo, de pareja, de ciudad, de amigos o de país; y es libertad cuando construimos, reutilizamos, reparamos, respetamos y/o permanecemos.

Es libertad cuando nos aislamos, cuando callamos, cuando nos encogemos, cuando nos limitamos a observar, y es libertad cuando rompemos, actuamos, atacamos y/o señalamos.

Es libertad planear para el año que viene, pero es mucha más libertad decidir el siguiente paso. Es libertad si tomamos decisiones conscientes sobre lo que queremos que pase, si decidimos por vía negativa lo que queremos que no pase, o si simplemente, dejamos que las cosas pasen. En las tres opciones, hemos elegido cómo queremos que se sucedan los hechos. La única diferencia es la responsabilidad, quizás, y algunas consecuencias de esa responsabilidad, porque puedes evitar tomar decisiones, pero no puedes evitar las consecuencias de no tomar decisiones.

Y hablando de tomar decisiones. La sociedad occidental, en la que vivimos, está dividida en dos corrientes.

La versión anglosajona, calvinista, protestante, productiva, precisa, más capitalista y mercantilista, en la que la salvación nos llegará a través del trabajo, del esfuerzo, de la producción y de la acumulación infinita de cosas de puro valor crematístico. Versión en la que se pide el perdón de Dios cada día, sin llegar a obtenerlo plenamente nunca.

La versión mediterránea, católica (cada vez menos), alegre, soleada, de conversación, desordenada, familiar, descamisada, más comunal y pegada a la tierra, y en la que se suceden reuniones y festejos, y se inventan motivos para celebrar reuniones y festejos. Versión en la que se pide, y se obtiene, el perdón de Dios cada domingo.

La primera devuelve prosperidad y nivel de vida. La segunda devuelve experiencias y calidad de vida.

Sostengo la hipótesis de que el descontento perpetuo, la insatisfacción permanente, el estrés crónico y la pesadumbre generalizada están provocadas porque los dos modelos están colisionando, en vez de fusionarse, en cada uno de nosotros.

La razón contra el alma a costa del elemento de unión: nuestro cuerpo.

¿Qué tal está tu cuerpo? ¿Cuántas cosas te duelen?

Solatz es el lugar para encontrar, a través de la libertad, un modelo que nos permita estar a gusto la mayor parte del tiempo con las cosas que pasan.

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Solatz es ese preciso instante en el que abandonamos las tareas obligatorias y comienza el esparcimiento. Eso es libertad. Hablemos de libertad.

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Libertad. Así, en crudo. Translúcida, pastosa y un poco agria.